La vida es un vasto escenario en el que representamos innumerables papeles. No somos más que actores en un reino paralelo de alegría y tristeza, un universo lleno de risas y lágrimas, un remolino de emociones que a menudo desafían la comprensión. En esta intrincada obra, sólo unos pocos se toman el tiempo de vernos tal y como somos. Y, sin embargo, ni siquiera nosotros nos vemos del todo, replegados tras las ilusiones de espejos y fachadas.
Hoy, alguien me ha dicho: "Creo que sufres de soledad". Sus palabras perduraron, atravesando mis pensamientos como un viento cortante. Me obligaron a detenerme y reflexionar. La respuesta, cuando por fin salió a la superficie, fue a la vez innegable y devastadora. Una vez despojada de la fachada, un "sí" crudo y sin filtros resonó profundamente en mi corazón.
Ese "sí" reverberó contra la cruda blancura de las paredes, recordándome todos los momentos en los que no podía confiar en nadie, convencida de que podía lograrlo todo por mí misma. Y sin embargo, me pregunto: ¿por qué no aceptar nuestra soledad y ver adónde nos lleva?

Ansiamos la conexión, que la gente nos haga sentir queridos y valorados. Pero en medio de ese anhelo, a menudo olvidamos la relación más crucial de todas: la que tenemos con nosotros mismos. Siempre decimos: "Venimos a este mundo solos y nos vamos solos", pero nuestra sed de compañía nos lleva a conformarnos con menos, distrayéndonos de lo que realmente necesitamos. Es una verdad difícil de afrontar, y para mí, ese "sí" se convirtió en una llamada de atención.
La soledad, por definición, es el estado de estar solo o sentirse solo. Pero, ¿es sólo eso? ¿Podría ser algo más? ¿Un momento de silencio, un espacio para la reflexión o incluso una oportunidad para la paz?
No puedo afirmar que comprenda todo lo que significa la soledad para todo el mundo. Pero estoy dispuesta a explorarla, a abrazarla. En mi soledad, soy mi silencio, mi risa, mis secretos, mi amor, mis emociones, mi patner.
¿Qué eres en tu soledad?

Una respuesta
Me encanta. Hay tanta verdad en esas palabras como si me hubieras leído la mente. ¡Gracias!